domingo, 2 de enero de 2011

PTAH Y LA CREACIÓN

Sólo había un mar infinito, sin vida y en absoluto silencio. Entonces llegó Ptah con las formas de los abismos y las distancias, de las soledades y de las fuerzas. Por ello Ptah veía y oía, olía y percibía en su corazón la existencia. Pero lo que percibía lo había ideado antes en su interior. Así tomó la forma de Atum y devorando su propia semilla, parió al viento y la humedad a quienes expulsó de su boca creando a Nut, el cielo y a Geb, la tierra. Atum, el no-existente, fue una manifestación de Ptah. Así, inexistentes fueron antes de Ptah las nueve formas fundamentales y el universo con todos los seres que Ptah concibió dentro de sí y con su sola palabra puso en la existencia. Después de haber creado todo de su boca, descansó. Por esto, hasta el fin de los tiempos serás invocado: Inmenso, inmenso Ptah, espíritu fecundador del mundo! (2)
Las formas de los dioses son formas de Ptah y solamente por la conveniencia humana Ptah es adorado con muchos nombres y sus nombres mudan y se olvidan; nuevos dioses siguen a los antiguos pero Ptah permanece ajeno a esto. El creó el cielo como conductor y a la tierra la circundó de mar; también creó el tártaro para que se apaciguaran los muertos. Fijó su rumbo a Ra de horizonte a horizonte en los cielos, e hizo que el hombre tuviera su tiempo y su dominio; así hizo también con el faraón y con cada reino.
Ra, en su camino por los cielos reformó lo establecido y apaciguó a los dioses que estaban descontentos. Amaba a la creación y dio amor a los animales para que estuvieran felices, luchando contra el caos que hacía peligrar su vida. Dio límites a la noche y al día y fijó las estaciones. Puso ritmo al Nilo para que anegara el territorio y luego se replegara para que todos pudieran vivir del fruto de sus aguas. El sometió a las fuerzas de la oscuridad. Por ser quien trajo la luz fue llamado Amon-Ra por quienes creyeron que Amon nació de un huevo que al romperse en un destello dio lugar a las estrellas y otras luminarias.
Pero la genealogía de los dioses comienza en Atum que es el padre-madre de los dioses. El engendró a Shu (el viento) y Tefnut (la humedad) y de ambos nacieron Nut (el cielo) y Geb (la tierra) . Estos hermanos se unieron y procrearon a Osiris, Seth, Neftis e Isis. Esta es la Enéada divina de la que deriva todo.

1.- El formato que hemos dado al mito de la creación se corresponde con la mitología menfita y está de acuerdo con la inscripción que hizo imprimir sobre piedra basalto el faraón Shabaka, hacia el 700 A.C. Esta, a su vez, es transcripción de un papiro considerablemente más antiguo. En el Viejo Imperio, Atum era el dios principal que a veces fue relacionada con Ra, el disco solar, pero ya en el Imperio Nuevo Ra ocupa el lugar central en desmedro de Atum y otros dioses. La fuente que nos ocupa muestra a Ptah como el creador de todo lo existente. En mitología egipcia hay siempre dificultades para seguir el proceso de transformación de una entidad divina. Muy frecuentemente, un dios totalmente desconocido en una época comienza a surgir tímidamente en el escenario histórico de épocas posteriores. Luego, su figura toma cuerpo y a veces amenaza con absorber toda la vida religiosa o mítica de un largo período. El caso de Egipto es ejemplar en este punto, dado el largo tiempo en que se desarrolló su cultura. De acuerdo con la Aigyptiaka ( mencionada por Flavio Josefo), la primera dinastía comienza hacia el 3.000 A.C. (época tinita) . Hasta la dominación persa, griega y romana, Egipto sigue activo y, por tanto, en franca transformación. En efecto, aún en época de los Tolomeos, la mitología sigue desarrollando nuevas formas que en esa época influyen en el mundo helenístico como antes lo hiciera en los rudimentos de la cultura griega. Estamos pues hablando de 3.000 años de desarrollo continuado y es claro que en semejante período la aparición y transformación de mitos provoca desconcierto por exceso. De esta suerte, una divinidad puede tener características diferentes (y a veces opuestas) a sí misma cuando ha transcurrido un milenio o más tiempo.
2.- El texto en negrilla, en este caso, es del Acto primero, escena segunda de Aída, según libreto de Antonio Ghislanzoni. El parlamento del sumo sacerdote es este: "Immenso, immenso Fthà, del mondo spirto fecondator, ah!...ah! Noi t'invochiamo!"




TOMADO DE LA WEB



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