Ra, el dios del sol
Ra el dios del sol, adopta tres formas fundamentales:
1. Jepri, el escarabajo que representa al sol naciente,
2. Ra, el disco solar, que representa al sol del medio día y
3. Atón, un vijo apoyado en un bastón que representa al sol del ocaso.
Todas las mañanas, cuando el sol llega hasta el monte Manu, la montaña más occidental, la diosa del cielo, Nut, se lo traga, al momento en que dios realiza un peligroso viaje por el infierno en su barca nocturna.
En ese viaje es asaltado por los demonios a la cabeza de los cuales está Apofis, su enemigo, que según uno de los mitos, es creado en el mismo momento que el propio Ra. Justo antes del amanecer, Apofis realiza su ataque más furibundo.
Todas las noches, Ra, en forma de gato, le ha de cortar la cabeza a la serpiente antes de volver a nacer en Oriente, de Nut, la madre universal. Luego se eleva y atraviesa el cielo hasta el ocaso, donde Apofis le aguarda una vez más. Si alguna vez Apofis consiguiese vencer a Ra, el sol no saldría.
El ciclo diario de la muerte y resurrección simboliza el ciclo vital de la humanidad, que tras la muerte, confía en un nuevo nacieminto. Des de imperio Medio, a Ra, el visible dios sol, se asocia una divinidad invisible, Amón "el oculto", que conjutamente, como Amón-Ra es adorado como rey de todos los dioses.
El nombre secreto de Ra
Ra creo al mundo por medio de palabras. Sin embargo, una de las palabras, su nombre secreto, la guardó para sí.
Isis, la hija de Geb y Nut, la tierra y el cielo, y esposa de Osiris, decidió aprenderse los nombres de todas las cosas, para ser tan grande como el propio Ra. Finalmente, la única palabra que desconocía era el nombre secreto de Ra.
Para engañar a Ra y que éste le diera su nombre, Isis guardó la saliva que había salido de su boca cuando día tras día cruzaba el cielo (ya era anciano y babeaba) y le dio forma de serpiente que dejó en su camino.
Invevitablemente, lo mordió a Ra y emitiendo un grito terrible tembló y la vista se le nubló.
Aprovechando su dolor, Isis le ofreció un antídoto si accedía a decirle el nombre... entonces por fin hizo pasar su nombre desde su corazón al de ella, dándole poder sobre él.
Utilizando en nombre de Ra, ordenó que el veneno fuese eliminado, dejándolo sano y salvo.
EL texto de este relato también tenía efecto de conjuro ante los envenenamientos. Si se reciba el texto ante las imágenes de Isis, Horus y otros dioses, y si se le hacía comer al paciente un papel en el que se había escrito el conjuro, se le garantizaba tener éxito un millón de veces.
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